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Yamantaka, la espiritualidad alterna en Bogotá

Yamantaka, la espiritualidad alterna en Bogotá

Entre las calles del barrio El Campín en Bogotá, en la reja frontal de una casa se ven a la distancia varias banderas colgadas de diversos colores. Yamantaka, es la morada de Gueshe-la y el sitio de trabajo de María. Gueshe-la, un monje budista tibetano, vive en este lugar desde el 2013; y María, quien es evangélica, es la encargada del aseo y la cocina. Geshe-la, en conjunto con otros maestros imparten lecciones centradas en el budismo, concentrando su esfuerzo en la meditación, la compasión y el desapego, mientras María convive en un mundo espiritual alterno a su fe. 

La cotidianidad y la ritualidad convergen cuando diferentes personas conviven en este lugar. María y Gueshe-la generan un diálogo constante entre las labores diarias, y las creencias impartidas en la casa. Es común encontrar una constante interacción entre los dos, y como dos mundos paralelos, cada uno se encarga de sus tareas. 

Este proyecto es el proceso de observación, atraído por la curiosidad de un agnóstico, que a pesar de su distancia con las religiones, siente empatía ante los valores que imparte el budismo. En el proceso también me acerqué a María y su religión, donde encontré un particular interés, en el contraste de las creencias de ella y su lugar de trabajo. El lugar genera tranquilidad, equilibrio y paz, y las actividades practicadas son momentos de aprendizaje y crecimiento espiritual. Entre cantos tibetanos, oraciones y meditaciones, Yamantaka es la representación de un mundo alterno a lo que conocemos como espiritualidad, en el contexto bogotano. 

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